Bonsái Fresno - Fraxinus: Cuidados y mantenimiento

Bonsai de fresno -fraxinus

El fresno científicamente llamado fraxinus es un árbol caduco de hoja compuesta.

Es originario de África y de la península ibérica y pertenece a la familia de las oleáceas. Cultivado en suelo puede alcanzar hasta entre 10 y 40 metros de alturas.

Su tronco suele crecer con bastante rectitud y con forma cilíndrica. Su corteza grisácea con el tiempo se vuelve rugosa.

Sus hojas compuestas de 9 a 13 foliolos aserrados son de color verde. Lisas en el frente y algo vellosas en su envés. Las semillas se forman dentro de una sámara.

Ha sido utilizada como planta medicinal desde la antigüedad y tiene efectos laxantes.

A destacar dos especies que serían el fraxinus angustifolia o fresno de hoja pequeña y el fraxinus excelsior o fresno común.

Índice

Curiosidades sobre el fresno fraxinus

El fresno, perteneciente al género Fraxinus, es un árbol que ha cautivado a muchos por sus características distintivas. Esta especie no solo es apreciada en jardinería, sino que también tiene un fuerte arraigo cultural en diversas tradiciones. En la mitología nórdica, el fresno es un símbolo del árbol de la vida, conocido como Yggdrasil, que conecta el mundo terrestre con el celestial.

Un aspecto interesante del fresno es su capacidad para adaptarse a distintos tipos de suelo, lo que le permite crecer en diversas condiciones, desde zonas húmedas hasta áreas más áridas. Este género de árboles se caracteriza por su madera dura y resistente, que es muy valorada en la industria del mobiliario y la construcción.

  • Los fresnos pueden vivir varios cientos de años, lo que los convierte en un símbolo de longevidad.
  • Las hojas del fresno son compuestas, formadas por múltiples folíolos que añaden un atractivo único al árbol.
  • En primavera, florece antes de que las hojas aparezcan, con pequeñas flores que son poco llamativas pero importantes para el ecosistema.

El fresno también es conocido por ser un árbol que favorece la interacción con diversas especies de fauna, proporcionando refugio y alimento a muchos pájaros e insectos. Esta interacción ecológica contribuye a la biodiversidad en su entorno.

Finalmente, el fresno ha sido empleado históricamente por diferentes culturas para crear productos como arcos y herramientas, dada la resistencia y flexibilidad de su madera. A lo largo de los años, ha demostrado ser un árbol ingenioso y útil, enriqueciendo no solo el paisaje, sino también la cultura humana.

Situación y temperaturas

Para el crecimiento óptimo de esta especie, es esencial considerar los parámetros de luz y temperatura que favorecen su desarrollo. Preferiblemente, necesita una ubicación con luz indirecta brillante, ya que una exposición prolongada a luz solar directa puede provocar daños en el follaje. En interiores, es recomendable situarlo cerca de una ventana donde reciba luz filtrada.

Respecto a la temperatura, se adapta bien a una gama amplia, pero florece mejor en climas moderados. Puede soportar heladas, sin embargo, se debe prestar atención a las bajas temperaturas que podrían perjudicar los brotes sensibles. Durante los meses más fríos, la planta puede entrar en un período de reposo, lo que es normal y necesario para su ciclo vital.

  • Temperatura ideal: entre 15°C y 25°C.
  • Evitar corrientes de aire frío, que pueden afectar su salud.
  • En el exterior, siempre resguardarlo de las heladas tardías.

La humedad también juega un papel crucial en el mantenimiento de su salud. Un ambiente con un nivel de humedad moderada a alta es lo ideal. Durante los días secos o calurosos, es aconsejable pulverizar las hojas para mejorar la hidratación del follaje.

Riego

El riego es una de las prácticas más importantes para el cuidado adecuado de un bonsái fresno. Durante la primavera y el verano, se necesita asegurar una humedad constante en el sustrato. Esto implica regar de forma abundante, siempre vigilando que el agua no se acumule en el fondo de la maceta, ya que el encharcamiento puede dañar las raíces. Idealmente, el sustrato debe mantenerse húmedo, permitiendo que la parte superior se seque ligeramente entre riegos.

A medida que se acerca el otoño, la frecuencia del riego debe ajustarse. Es recomendable reducir el volumen de agua, ya que el árbol entra en un ciclo de reposo. Durante el invierno, el fresno requiere aún menos agua. Es esencial monitorizar las condiciones climáticas, puesto que la humedad del ambiente puede fluctuar de forma considerable.

  • Controlar el sustrato: Introducir un dedo en el sustrato puede ayudar a evaluar la necesidad de riego.
  • Evitar cambios bruscos: Una variación rápida en las condiciones del riego puede provocar estrés en la planta.
  • Adaptar la cantidad según el clima: En días más calurosos, puede ser necesario regar más a menudo.

Por último, es conveniente utilizar agua de calidad, evitando el uso de agua del grifo que contenga demasiados químicos. Prefiriendo agua de lluvia o agua destilada, se puede contribuir a la salud general del bonsái.

Bonsai de fresno - Fraxinus sp

Abonado

El fresno requiere un abonado específico para asegurar su crecimiento y salud. Durante la primavera y el verano, se deben utilizar fertilizantes equilibrados que contengan nitrógeno, fósforo y potasio en cantidades adecuadas. Este tipo de fertilizante promoverá un crecimiento vigoroso y un desarrollo óptimo de las hojas.

Es recomendable aplicar abono líquido cada dos semanas, diluido a la mitad de la concentración recomendada. Esto evita la sobrealimentación y asegura que el árbol reciba los nutrientes necesarios sin dañar el sistema radicular. Al llegar el otoño, se puede reducir la frecuencia de la aplicación, convirtiéndola en mensual y utilizando un fertilizante específico para plantas de interior en su ciclo de reposo.

Los abonados orgánicos, como el humus de lombriz o el compost, también son opciones válidas y aportan beneficios a largo plazo. Estos mejoran la estructura del suelo y aumentan la retención de humedad, además de promover una microbiota saludable en el sustrato.

  • Fertilizantes líquidos equilibrados durante primavera y verano.
  • Aplicación cada dos semanas, diluido a la mitad.
  • Reducción a mensual en otoño.
  • Uso de abonos orgánicos como humus de lombriz.

Al realizar el abonado, es importante observar la reacción del árbol. Si se presentan hojas amarillentas o un crecimiento deficiente, puede ser necesario ajustar la cantidad o frecuencia del abono aplicado. La adaptación a las necesidades nutricionales del bonsái es clave para su desarrollo saludable.

Sustrato recomendado

Podemos usar la mezcla clásica de akadama y kiryuzuna a 70/30. También podemos sustituir la kiryuzuna por grava volcánica.

Trasplante

Trasplantaremos a principios de primavera cuando veamos sus yemas hinchadas antes de que comience a brotar.

Cada cuanto tiempo trasplantar el bonsai de fresno

Trasplantaremos cada dos años si es un ejemplar joven. En ejemplares más maduros podemos distanciar un poco los trasplantes.

Trabajos de diseño

Los fresnos tienen una madera muy flexible por lo que podemos alambrarlos para darles forma. Los fresnos son muy vigorosos por lo que conviene vigilar el alambre puesto para que no se clave en las ramas cuando estas engorden.

Realizaremos una poda a mediados de invierno aprovechando que está sin hojas para recortar las yemas dominantes.

Pinzaremos cuando aparecen dos hojas nuevas, dejando una y cortando otra. Aconsejable observar donde está la yema que vamos a dejar al pinzar la hoja, ya que es la que nos marca la dirección de la nueva rama.

Multiplicación

La propagación del fresno como bonsái puede realizarse principalmente a partir de semillas. Para llevar a cabo este proceso, es fundamental seguir ciertas pautas que aseguren una germinación exitosa. Las semillas deben ser recolectadas y, antes de ser sembradas, es recomendable someterlas a un proceso de estratificación. Esto consiste en almacenarlas en condiciones húmedas durante un periodo de uno a tres meses, seguido de un enfriamiento a aproximadamente 4°C durante cinco a seis meses. Este método simula el ciclo natural, aumentando la tasa de germinación de las semillas.

Una vez completados esos pasos, se pueden sembrar las semillas en un sustrato adecuado. Los elementos más comunes para ello son turba y arena en partes iguales. Es vital que el sustrato sea bien drenado para evitar el encharcamiento, que podría causar problemas en el desarrollo de las plántulas.

  • Sembrar las semillas de fresno a una profundidad de 1 cm.
  • Mantener una humedad constante en el sustrato durante el proceso de germinación.
  • Proveer de luz indirecta brillante para optimizar el crecimiento de las plántulas.

Otra técnica utilizada es la reproducción por esquejes. Se recomienda cortar brotes jóvenes durante la primavera y sumergir la base en hormona de enraizamiento. Después, deben plantarse en un sustrato ligero, manteniendo una humedad adecuada para favorecer su enraizamiento.

Ambos métodos son efectivos, pero requieren una atención cuidadosa durante las primeras etapas para garantizar el éxito en la multiplicación del bonsái de fresno.

Plagas y enfermedades

La salud del fresno cultivado como bonsái puede verse comprometida por diversas plagas y enfermedades. Estos factores pueden afectar no solo el aspecto estético, sino también el desarrollo general del árbol. Es esencial llevar a cabo inspecciones periódicas para detectar cualquier signo de infestación o enfermedad.

Entre las plagas más comunes se encuentran:

  • Cochinillas: Estas pequeñas insectos se adhieren a las hojas y los tallos, succionando la savia y debilitando la planta.
  • Pulgones: A menudo se agrupan en la parte inferior de las hojas, causando su deformación y amarillamiento.
  • Orugas: Estas pueden vorazmente devorar las hojas, dejando la planta sin follaje intacto.

En cuanto a las enfermedades, destacan las causadas por hongos, que pueden provocar la aparición de manchas en las hojas o incluso la muerte de ramas. Estas enfermedades suelen proliferar en condiciones de alta humedad y calor, por lo que es fundamental mantener un equilibrio en la humedad del entorno.

El control de plagas y enfermedades puede realizarse mediante tratamientos orgánicos, como jabones insecticidas, o con soluciones químicas adecuadas. La aplicación debe ser cuidadosa y siguiendo las indicaciones del fabricante para evitar daños al bonsái. La prevención es clave; mantener un ambiente limpio y bien cuidado ayudará a minimizar riesgos.

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