Bonsái Picea sitchensis: cuidados, poda y secretos del abeto de Sitka

Bonsái picea sitchensis - Abeto de Stika

El bonsái Picea sitchensis, conocido también como abeto de Sitka, es una conífera originaria de la costa noroeste de América del Norte.

Aunque no es de las especies más comunes en el mundo del bonsái, su porte natural redondeado lo convierte en un ejemplar muy interesante y diferente frente a otras píceas más estilizadas.

Nunca lo he tenido en mi colección, pero sí lo he estudiado y observado en comparativa con otras coníferas. Justamente esa forma más compacta y redondeada es lo que lo hace destacar.

¿Qué es la Picea sitchensis y por qué convertirla en bonsái?

Índice

Origen y hábitat natural

La Picea sitchensis proviene de climas fríos y húmedos de la costa del Pacífico, en Alaska y Canadá. En la naturaleza puede alcanzar los 60 metros de altura, pero en bonsái se mantiene perfectamente en tamaños pequeños, con una forma más densa y compacta.

Diferencia con otras píceas usadas en bonsái

A diferencia de la Picea abies (abeto rojo) o la Picea glauca, que tienden a un crecimiento más erguido y estilizado, la sitchensis desarrolla un follaje redondeado y más arbustivo. Esta particularidad la hace ideal para estilos compactos en bonsái.

Características principales del bonsái Picea sitchensis

Hojas y corteza

Sus agujas son cortas, rígidas y de un tono verde azulado. Al tacto resultan ásperas y punzantes. La corteza, grisácea y escamosa, gana textura con los años, aportando un aire maduro incluso en ejemplares jóvenes.

Porte redondeado, su rasgo distintivo

Lo que realmente diferencia a este bonsái de otras píceas es su tendencia natural a formar copas más redondeadas. Esto le da un aspecto más denso y ornamental, perfecto para quienes buscan un bonsái menos vertical y más compacto.

Cuidados básicos del bonsái Picea sitchensis

Ubicación y clima ideal

Prefiere exterior con buena luz y ventilación. Tolera bien el frío, pero en zonas de veranos muy calurosos conviene protegerla del sol directo en las horas más intensas.

Riego y abonado

La sitchensis necesita un riego constante pero no excesivo. El sustrato debe mantenerse húmedo, sin encharcarse. Durante la primavera y el verano se recomienda abonarla cada dos semanas con fertilizante equilibrado.

Sustrato recomendado para coníferas

Una mezcla de akadama y kiryuzuna funciona muy bien, ya que asegura drenaje sin perder retención de humedad. También se puede añadir un poco de pomice para mejorar la oxigenación.

Técnicas de formación y mantenimiento

Poda y pinzado en picea de Sitka

La poda estructural debe hacerse a finales de invierno, antes de que comience la brotación. El pinzado ayuda a mantener el follaje compacto y redondeado.

Alambrado y modelado

Se puede alambrar en otoño o invierno, cuando las ramas son más flexibles. Es importante vigilar el alambre para evitar marcas en la corteza.

Trasplante y maceta ideal

El trasplante se realiza cada 2–3 años en primavera, eliminando con cuidado parte del cepellón. Una maceta poco profunda y esmaltada en tonos neutros resalta su follaje azulado.

Estilos de bonsái posibles en Picea sitchensis

Chokkan (formal erguido)

Aunque menos común, se puede trabajar en un estilo erguido si se controla la poda.

Moyogi (informal erguido)

Su porte natural se presta muy bien al estilo moyogi, con curvas suaves y equilibradas.

Estilos compactos gracias a su forma natural

Gracias a su crecimiento arbustivo, es ideal para estilos más densos y redondeados, lo que la diferencia de otras píceas más alargadas.

Problemas comunes y cómo resolverlos

Plagas y enfermedades frecuentes

Puede sufrir ataques de pulgón y araña roja en climas cálidos. También es sensible a hongos en ambientes demasiado húmedos.

Errores habituales en riego y trasplante

Un fallo común es dejar que el sustrato se seque demasiado. También conviene no eliminar demasiadas raíces en un solo trasplante, ya que es una especie sensible.

El atractivo de la Picea sitchensis

Aunque no es tan habitual como la Picea abies, la sitchensis destaca por su forma compacta y redondeada, que aporta variedad en colecciones de coníferas.

En mi caso, nunca la he cultivado directamente, pero sí la he visto trabajada en bonsái. Lo que me llamó la atención es cómo rompe con la imagen típica de las píceas estilizadas: la sitchensis resulta más armoniosa y compacta, algo que seguro enamora a los coleccionistas que buscan variedad.

Preguntas frecuentes sobre el bonsái Picea sitchensis

¿Se puede hacer bonsái con una Picea sitchensis?
Sí, aunque es menos común que otras píceas, se adapta bien al estilo bonsái.

¿Qué cuidados necesita?
Exterior con buena luz, riego constante sin encharcar y abonado regular.

¿Tolera climas cálidos?
Puede adaptarse, pero agradece climas frescos y húmedos. En verano hay que protegerla del sol fuerte.

¿Cada cuánto se debe trasplantar?
Cada 2–3 años en primavera, sin eliminar demasiadas raíces.

¿Qué estilos son más adecuados?
Los estilos compactos y redondeados son los que mejor destacan sus cualidades naturales.

Una conífera diferente frente a otras píceas

El bonsái Picea sitchensis es una alternativa diferente dentro de las coníferas. Su porte redondeado y denso lo distingue de otras píceas más esbeltas, aportando un aire único a cualquier colección. Aunque no lo tengo en mi colección, siempre que la he visto trabajada como bonsái me ha parecido una opción con mucho potencial para quienes buscan algo distinto y llamativo.

Puede interesarte

Subir