
Bonsái Ficus Rubiginosa: guía completa del “ficus herrumboso”

Convertir un Ficus rubiginosa en bonsái es un reto que muchos aficionados asumen con curiosidad y respeto. Es un árbol de hojas grandes y envés rojizo, tan peculiar que le llaman ficus herrumboso u oxidado.
En mi caso, me fascinó desde el primer momento ese tono cobrizo que se asoma bajo las hojas; parece como si el árbol llevara siglos resistiendo el tiempo. No es un bonsái fácil, pero sí uno de los más expresivos que puedes cultivar.
Qué hace especial al Ficus Rubiginosa
Origen y características naturales
El Ficus rubiginosa es originario del este de Australia. En la naturaleza puede alcanzar más de 20 metros, con un tronco grueso, raíces aéreas poderosas y una corteza gris rugosa. Es de hoja perenne, resistente al calor y a la poda intensa, lo que lo hace ideal para bonsái tropicales o de interior bien iluminado.
El encanto de su envés rojizo
Lo que realmente distingue a este ficus es el envés rojizo de sus hojas. En mi experiencia, este detalle visual le da una apariencia metálica, casi oxidada, que lo hace diferente de otros ficus más comunes como el microcarpa o el benjamina. Ese contraste entre el verde brillante del haz y el tono herrumbroso del reverso aporta una profundidad única al diseño del bonsái.
Cómo convertir un Ficus Rubiginosa en bonsái
Elección del ejemplar ideal
Busca un ejemplar joven, de tronco flexible y raíces vigorosas. Cuanto más compacto sea el follaje inicial, más fácil será controlar el tamaño de las hojas con el tiempo. Evita árboles con hojas demasiado grandes o separaciones amplias entre los nudos.
Primer modelado y poda inicial
El primer trabajo consiste en reducir la copa, definir una línea de tronco y equilibrar raíces. Este ficus responde bien a podas drásticas, pero conviene hacerlo en primavera o principios de verano, cuando el árbol está en pleno crecimiento.
Sustrato y trasplante
Prefiere sustratos porosos y drenantes: akadama, pomice y algo de turba o compost orgánico. El trasplante puede hacerse cada dos años, recortando un tercio de las raíces para mantener el vigor sin descompensar el follaje.
Crecimiento y reducción de hoja (reto de los “valientes”)
Uno de los grandes desafíos de este bonsái es reducir el tamaño de las hojas, bastante grandes de origen. Por eso muchos dicen que es un bonsái “solo para valientes”. Sin embargo, con buena iluminación, defoliaciones parciales y riegos controlados, las hojas pueden reducirse hasta la mitad en unas pocas temporadas.
Cuidados del bonsái Ficus Rubiginosa
Luz, temperatura y ubicación
Necesita mucha luz y temperaturas cálidas (mínimo 10 °C). En climas templados puede vivir en exterior protegido del viento; en interior, junto a una ventana orientada al sur.
Riego y humedad
El sustrato debe mantenerse ligeramente húmedo, sin encharcar. Este ficus agradece pulverizaciones frecuentes para mantener la humedad ambiental, sobre todo en interiores secos.
Abonado, poda de mantenimiento y alambrado
Durante la época de crecimiento (primavera-verano), abona cada 15 días con fertilizante equilibrado. La poda de mantenimiento consiste en dejar brotar y luego cortar a dos hojas. El alambrado debe hacerse con cuidado, porque las ramas jóvenes son flexibles pero marcan fácilmente.
Plagas y problemas comunes
Puede verse afectado por cochinilla, pulgón o araña roja. Una buena ventilación y limpieza de hojas previenen la mayoría de los problemas. Si aparecen manchas negras o amarillas, suele ser por exceso de agua o falta de luz.
Consejos para potenciar su belleza
Cómo resaltar el tono oxidado de las hojas
Coloca tu bonsái donde reciba luz lateral suave: el brillo del haz y el tono rojizo del envés crearán un efecto metálico precioso. Un truco que uso es girar ligeramente la maceta cada semana para que todas las hojas luzcan su contraste natural.
Diseño y estilos recomendados
El estilo informal vertical (moyogi) le queda especialmente bien, porque resalta la textura de su corteza y las raíces aéreas. También se adapta al estilo banyan, típico de los ficus tropicales con tronco ancho y base potente.
Errores comunes al cuidarlo
- Regar demasiado o usar sustrato poco drenante.
- Mantenerlo en sombra o interior oscuro.
- Poda excesiva sin dejar brotes de reserva.
Preguntas frecuentes sobre el Ficus Rubiginosa bonsái
¿Se puede hacer un bonsái con ficus rubiginosa?
Sí, aunque es más exigente que otros ficus. Su crecimiento vigoroso permite modelarlo con paciencia.
¿Es de interior o exterior?
Puede vivir en ambos, pero agradece la luz natural directa.
¿Cómo mantener su color rojizo?
Proporciona buena luz y fertilización rica en hierro y magnesio.
¿Cada cuánto se trasplanta?
Cada dos o tres años, preferiblemente en primavera.
Un ficus para quienes disfrutan los retos y los detalles visuales
El bonsái de Ficus rubiginosa es una pieza que combina fuerza, textura y color. No es el más fácil, pero sí uno de los más gratificantes. Su aspecto “oxidado” y su resistencia natural lo convierten en un bonsái perfecto para quienes valoran los matices y disfrutan de trabajar con especies poco comunes.
En mi experiencia, ver ese tono rojizo bajo la luz de la tarde es la recompensa perfecta para todo el esfuerzo invertido.
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